Nuestra vida se ha transformado en propiedad común: Se invita a los jovenes a exteriorizar sus sentimientos en publico, en la televisión. La televisión se ha convertido en el verdadero publico. La televisión se ha convertido en la plaza. Y sucede que si yo exteriorizo mis sentimientos... qué me queda de mio? Mis sentimientos una ves exteriorizados son como todos... la forma que todos aprenden cómo se ama, cómo se odia, cómo se llora, cómo se sufre es la misma... todos somos iguales, perdemos lo específico y sobre todo perdemos el pudor, porque el pudor consiste en guardar algo en secreto, algo propiamente mio... aún entre enamorados un minimo de secreto tiene que existir porque si no que me queda para descubrir en el otro?
La comercialización de la existencia: Llegamos a aquirir cosas que nisiquiera deseamos: donde hay mercancía hay humanidad. Vivimos bajo el seño de un perfil o del dinero que se convierte en el unico generador de valores. Asì, no sabemos que es lo bueno, que es lo hermoso, que es lo justo, que es lo verdadero, que es lo santo: sabemos solo que es lo útil. Nuestra mente piensa solo en esta modalidad, no reconocemos otras dimensiones de lo humano.
Tendemos a homologarnos para poder reconocer más fácilmente nuestras necesidades: Entre más nos homologamos, más predecibles somos. La homologación se da principalmente en el comportamiento... estas mal con la organización del aparato, entonces cambias tu comportamiento, si no lo haces, sigues estando mal.
Enamorate de ti mismo, enamorate de tu virtud.
INDIVIDUA TU VIRTUD
EXPLOTALA
un filosofo me mandó este video, dice cosas interesantes y me vino la idea de traducierlo para ustedes. No meto entre comillas porque claramente la traducción no es literal, pero la escencia continual
2 comentarios:
Yo no sé si exteririzo mis sentimientos, sé que digo muchas cosas pero ¿es en realidad lo que pienso o siento? No sé, creo que eso es lo más interesante de mí, aun cuando no sé si soy interesante.
Me alegra que estés de vuelta.
Beso.
Jesúz.
Creo que Galimberti se refería en su discurso a una generación que actualmente se encuentra entre los 13 y 18 años; sin embargo, no somos tan viejos para excluirnos... vieja tu forma de lavar
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